Después de 9 años de ausencia, The Offspring está de vuelta y como el buen vino, su esencia se mantiene intacta pese al pasar de los años, la irreverencia y actitud punk sigue siendo la misma que acompañaba nuestros soundtracks hace un par de décadas atrás y pues creo que ahí es a donde apuesta la banda, tocarnos la nostalgia a quienes crecimos escuchándolos.
Desde 1986 The Offspring ha marcado un legado como una de las bandas mas solidas de punk rock de la historia, el cuarteto estadounidense ha sabido colocar sus canciones en todos lados, desde comerciales hasta películas, siempre con esa onda “American Pie” que se traduce en una propuesta musical divertida, joven y rebelde, y es ahora su nuevo álbum “Let The Bad Times Roll” una oda a ese pasado glorioso.
Sin ánimos de caer en sentimentalismos, el álbum no tiene nada que no hayamos escuchado antes por parte de la banda, riffs lineales palmuteados como los de siempre, voces melódicas en unísono, una batería clásica del punk rock y letras que si bien tocan temas existenciales y quieren ser un poco profundas, pero nada que nos quite el sueño, pero irónicamente es esta zona de confort que presenta la banda la que cae de maravilla en el mercado actual, donde las vertientes del rock comercial cada vez evolucionan más hacia el pop, o hacia el indie por otro lado, esta propuesta de The Offspring termina refrescando un poco las tendencia y por que no abrir una tercera vertiente que invite al pasado, y como todo en la vida es cíclico, no veo esto tan descabellado.
EL ÁLBUM
Las primeras canciones se mantienen en la esencia previamente descritas, con un subidón de energía desde el primer momento con “This Is Not Utopía” y reforzado con “Breaking These Bones” y “Coming For you” esta ultima con un aire medio conspiranóico bien interesante, pero a partir de acá viene lo mas destacable y lo que pone este álbum en otro plano, nos encontramos a un The Offspring experimental, primero un swing jazz con una inyección de punk en “We Never Have Sex Anymore” y luego lo mismo pero con música clásica en “In The Hall Of The Mountain King”.
“The Opioid Diaries” es quizás la canción más mainstream del álbum pero es la que le da pie a la mejor parte del álbum, un final para subir la tensión con “Hassan Chop”, luego un pozo melancólico en “Gone Away” que se extiende hasta “Lullaby” para así bajarle la persiana a “Let The Bad Times Roll” y así firmar un regreso por todo lo alto.
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