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SAMURAI X: El camino del guerrero

En esta ocasión, la review corresponde a un icónico animé de finales de la década de los noventa, cuyo título original es Rurouni Kenshin (Kenshin el vagabundo), pero en Latinoamérica el título de emisión fue Samurai X (en alusión a la cicatriz en la mejilla izquierda del protagonista).

Sin duda Samurai X marcó un hito en occidente al presentar la trama de Kenshin Himura, un samurái retirado durante los 10 primeros años de la era Meiji, contexto en el que se desarrolla la serie. En el mismo se pueden vislumbrar las precarias y duras realidades por las que el Japón atravesó en su proceso de modernización y occidentalización desde 1863 tras la incursión del comodoro Perry en territorio nipón.

Desde una excepcional ilustración, animación, trama,  hasta referencias a personajes y hechos históricos verídicos del Japón moderno, esta serie les mostró a todos sus televidentes lo que el camino del guerrero (bushido) implica en un mundo cambiante. Un mundo en el que los duelos ni las katanas eran ya legales, pero que en la estructura social aún se sentía el peso y la tradición de una sociedad bajo el shogunato Tokugawa.

LA TRAMA PRINCIPAL

En cuanto a trama, por lo menos hasta el término de la saga de Makoto Shishio, anime y manga mantuvieron un mismo hilo. En dicha saga se pudo observar la construcción de quizás, me atrevería a decir, del villano mejor construido del manga y anime, Makoto Shishio, que con su “darwinismo social” sobre el que fundamentó su ideología de “supervivencia del más apto”, pretendía modernizar y regir al Japón en su forma. Una ideología diametralmente opuesta a la del protagonista y sus amigos.

Sin duda, el mérito y punto de balance en esta saga fue la recreación de Hajime Saito, el capitán de la tropa número 2 del Shinsengumi que después, bajo la identidad de Goro Fujita, actuó como un claro revulsivo para con Kenshin, quién evadía su pasado como destajador.

Las acciones de “Battousai” el destajador eran un fantasma del cual el protagonista quería escapar, algo muy bien retratado en las ovas  Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen (recuerdos). Por lo que hay que reconocer mérito tanto a Saito cuando como a Hiko Seiyuro XIII, el maestro del estilo Hiten Mitsurugi Ryu que Kenshin emplea, quienes le hicieron notar al protagonista los errores de evadir su pasado.

En dicho pasado terminó asesinando a su primer amor (Tomoe) como originando el origen de Makoto Shishio. El único elemento que dejó mucho que desear, fue la no animación del arco final del manga, que es la saga de Enishi, donde el camino del héroe de Kenshin llega a su climax.

LOS ARCOS EXCLUSIVOS DEL ANIME

No obstante, también es necesario reconocer el trabajo que sagas o arcos de relleno como el de Shogo Amakusa y sucesivos en el animé. Pues cada uno brindó un impulso importante a la popularidad de la serie aquí en Occidente al introducir y poner en contexto desde los propios valores y controversias del cristianismo (en la saga de Shogo) como referencias a autores de tipo: Julio Verne, etc.

Sin duda, un anime clásico y entrañable que vale la pena ver, incluyendo el live action sacado a principios de la última década.

Por: Mario Flores@mario_astral